La psicología nutricional no se centra en pautas alimenticias ni menús, sino en entender tu relación emocional con la comida y aprender a gestionarla con herramientas psicológicas. El objetivo es mejorar tu bienestar y tu autoestima, no sólo controlar lo que comes. No impone restricciones ni cuenta calorías, sino que trabaja las emociones, creencias y hábitos para que la alimentación deje de ser una fuente de conflicto.

Sí. Trabajo en online y presencial; elige lo que te haga sentir más cómoda. Ambas modalidades funcionan igual de bien, utilizamos el mismo método y te acompaño semana a semana con seguimiento personalizado.

La alimentación emocional ocurre cuando comes para calmar emociones como ansiedad, tristeza o aburrimiento, más que por hambre física. En terapia aprenderás estrategias para reconocer estos patrones, gestionar las emociones sin culpa y recuperar el equilibrio con la comida.

Cada proceso es único. Algunas personas encuentran alivio en pocas sesiones, otras necesitan más tiempo. Lo importante es avanzar a tu ritmo y conseguir cambios profundos y duraderos, no soluciones rápidas.

No. La terapia psicológica es un complemento, no sustituye tratamientos médicos o nutricionales. Si ya sigues un plan médico o con nutricionista, lo trabajaremos de manera conjunta y coordinada.

Aprenderás a vivir la comida con más calma, mejorar tu autoestima y dejar atrás la lucha constante con tu cuerpo. Se busca una relación respetuosa y libre de culpa con la alimentación, transformando patrones automáticos y generando bienestar a largo plazo.

En muchos casos es recomendable un abordaje multidisciplinar (nutricionista, médico, psiquiatra). Si es necesario te ayudaré a coordinar ese apoyo para que tu proceso sea integral.